La pesadilla israelí

Hay lugares en la Tierra que están malditos. Parecen condenados a soportar una violencia eterna, heredada de generación en generación, por la ilimitada estupidez y cerrazón humanas. Sitios donde la religión se utilizada como instrumento de guerra en vez de serlo de paz y entendimiento. Tierra Santa es uno de esos lugares cuya crónica diaria es cada vez más oscura. Allí la humanidad parece haber olvidado el significado de la palabra compasión. Todos los habitantes viven bajo la permanente amenaza de la pesadilla israelí.

Una trágica ilusión

Aquel día, 6 de octubre de 1973, todo parecía tranquilo en las fronteras. Los israelíes judíos celebraban su día más sagrado, el Yom Kipur. Se conmemora que Dios perdonó a Moisés tras varios días rezando en el Monte Moria. Es el día de la expiación, del perdón y del arrepentimiento de corazón y lo dedican a la oración, el descanso y el ayuno. Mientras tanto, los musulmanes celebraban el mes de Ramadán, el más sagrado del calendario, dedicándose básicamente a rezar y ayudar al necesitado. Sin embargo, aquella calma no era más que una ilusión.

Hubo gente que lo comparó con la Guerra del Yom Kipur pero este caso es muy diferente. Mientras la guerra de 1973 duró solamente 19 días, el despiadado ataque del 7 de octubre de 2023 queda ya muy lejano en nuestras memorias, ha pasado un año eterno y la guerra parece no tener fin.

Egipto y Siria habían reunido un gran ejército y estaban preparados para atacar de forma implacable. La alargada sombra de la pesadilla israelí estaba a punto de oscurecer nuevamente la región. Se trataba de una guerra santa y los imanes habían dado su permiso para saltarse las restricciones impuestas por el Ramadán. Siria pretendía recuperar los Altos del Golán y Egipto la Península del Sinaí, perdidas en la Guerra de los Seis días, en 1967.

En una acción fulgurante y coordinada, sirios y egipcios lanzaron un ataque sorpresa. A pesar de todo, las tropas israelíes se reorganizaron rápidamente, respondiendo con una contraofensiva que les dio una victoria aplastante. En tan solo 19 días la Guerra del Yom Kipur terminó de forma tan veloz como había comenzado. Las consecuencias para Siria y Egipto fueron devastadoras, su credibilidad militar quedó hecha añicos, pero sobre todo habían sufrido una enorme cantidad de bajas humanas y materiales. Para Israel fue un fracaso total en términos de inteligencia ya que habían sido completamente engañados. Murieron 2688 soldados israelíes, un costo solamente superado por la Guerra de Independencia de 1948.

En 1978 se firmaría el histórico tratado de paz con Egipto, después de la devolución de la Península del Sinaí, que aún sigue vigente.

De nuevo en el Yom Kipur

Exactamente 60 años después de aquellos hechos, la situación volvía a aparentar una tranquilidad que no podía estar más lejos de la realidad. De nuevo en el Yom Kipur, 7 de octubre de 2023, saltó la terrible noticia: un masivo ataque sorpresa sobre territorio israelí. Desde la Franja de Gaza, más de 3000 cohetes sobrevolaron los cielos e impactaron en multitud de lugares en Israel. Llegando incluso hasta Tel Aviv o las afueras del mismo Jerusalén, la pesadilla israelí tomaba forma otra vez. Casi simultáneamente, un gran número de militantes de Hamas asaltaron el kibutz de Reim, a escasos 4 km de la frontera, donde se celebraba un festival de música. Allí cometieron grandes atrocidades, The New York Times cuenta que asesinaron a 1400 personas y tomaron 239 rehenes que fueron rápidamente trasladados al interior de la franja de Gaza.

Hamas pretendía devolver el foco internacional en la situación palestina. Pero ¿era esta la mejor forma de hacerlo? Gran parte de la comunidad internacional reaccionó apoyando a Israel. La noche posterior al ataque, la bandera israelí se proyectó sobre edificios en muchas capitales mundiales. Aquella noche la pesadilla israelí nos despertaba a todos de golpe. Parecía algo totalmente diferente a lo que habíamos visto hasta ese momento.

Por primera vez desde 1973 Israel declaraba el estado de guerra y el ejército se preparó para la invasión de la Franja de Gaza. Al mismo tiempo, comenzaron los ataques diarios desde el sur del Líbano y también los enfrentamientos en Cisjordania. El presidente de los EEUU, Joe Biden, tomó la decisión casi instantánea de mandar un portaaviones al Mediterráneo Oriental para mostrar su apoyo a Israel.

Hubo gente que lo comparó con la Guerra del Yom Kipur, pero este caso es muy diferente. La guerra de 1973 duró solamente 19 días, desde el despiadado ataque del 7 de octubre de 2023 ha pasado un año eterno y la guerra parece no vislumbrar un final a corto plazo. La razón de su inicio está ya sepultada bajo la avalancha de noticias de destrucción y muerte. Además, la amenaza de que el conflicto se extienda geográficamente es muy seria.

Las grandes preguntas

La amenaza de una guerra generalizada en Oriente Próximo, la pesadilla israelí, es más real que nunca y surgen un océano de dudas y temores:

• ¿Está preparado Israel para hacer frente a una guerra prolongada en varios frentes?
• La Franja de Gaza ha sido totalmente arrasada buscando acabar con la amenaza de Hamas pero ¿se ha conseguido?
• Las inmisericordes operaciones de bombardeo y las incursiones en el sur del Líbano han comenzado. ¿Estallará una nueva guerra en la que el ejército libanés apoyé a Hezbolá?
• ¿Puede Israel hacer frente a un levantamiento palestino simultáneo en Cisjordania?
• ¿Decidirá Irán intervenir de forma definitiva arriesgándose a una guerra abierta con los EEUU?
• ¿Es la Cúpula de Hierro (sistema de defensa antimisiles israelí) realmente tan efectiva como se pretendía?
• ¿Tiene algún sentido para Israel toda esta muerte y destrucción?¿Y para Hamas?

Israel debe ser destruido: sus mayores enemigos

El conflicto entre el mundo árabe y el Estado de Israel, como ya explicamos en otro artículo, hunde sus raíces profundamente en el s. XX. Tras haber descuartizado al Imperio Otomano, durante el mandato británico, llegaron masivamente judíos (sobre todo europeos) a Palestina. Esto supuso el enfrentamiento con la comunidad musulmana en los años 20. La zona se convirtió en una polvorín que estalló en el caos a finales de los años 30. Estaba claro que los británicos habían dejado de tener cualquier control sobre el orden público. Desde la independencia en 1948 sucesivas guerras enfrentaron al mundo árabe, representado por Egipto, Jordania y Siria, con el naciente Estado de Israel.

En los años 70 Sadam Hussein se convirtió en el enemigo más peligroso, sobre todo desde que en 1978 Egipto firmara la paz con Israel. Sin embargo, la guerra con Irán (1980-1988), las posteriores Guerras del Golfo y la invasión americana, cambiaron nuevamente la situación. Irak dejaba de existir militarmente como amenaza.

En las últimas décadas los países árabes parecen más preocupados por sus graves problemas internos. Con su pujanza ideológica, militar y económica, Irán ha tomado el relevo como mayor enemigo de Israel. Además encontramos a dos organizaciones políticas, Hamas en Gaza y Hizbulá en el Líbano que son amenazas realmente serias. Pero ¿qué es Hamas? ¿Qué es Hizbulá?

La Franja de Gaza: Hamas

El estallido de la Intifada, contra la ocupación israelí de la Franja de Gaza y Cisjordania en 1987, se considera la fecha de nacimiento de Hamas. Para Israel, EEUU, la UE, Japón y muchos otros países occidentales se trata de una organización terrorista. Para gran parte del mundo árabe y países como Rusia, China, Turquía, Noruega o Suiza son una organización de resistencia. En 1993 hizo pública su oposición a los acuerdos de paz firmados en Oslo. Poco después, comenzó una serie de atentados terroristas que torpedearon aquellos acuerdos de paz tan prometedores. Pasito a pasito fue ganando apoyos. El baño de sangre iba a continuar con su inestimable ayuda.

Hasta 2005, aunque sus partidarios cometieron numerosos atentados, centraba su misión en construir escuelas y hospitales y en la ayuda en temas sociales y religiosos. En aquel momento todo cambió, entraron de forma decidida en la política palestina. Se convirtieron en una alternativa política real a Fatah, partido político fundado en 1958 por Arafat que dominaba la escena política palestina. La reciente muerte de Yasser Arafat (2004) y el descrédito de sus sucesores por los casos de corrupción, hizo que en 2006 ganaran las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino. A partir de entonces, comenzó la lucha violenta por el poder. Finalmente, ese mismo año, se hicieron con el control de la Franja de Gaza mientras que Cisjordania quedaba bajo el poder de Fatah.

Su resistencia armada fue intensificándose y convirtiéndose en el centro de su actividad. Gracias a la ayuda económica iraní (aunque sea una organización sunní), su estructura militar se fue haciendo cada vez más fuerte y resistente, a pesar de la muerte de muchos de sus dirigentes. Israel, anteriormente, había lanzado tres campañas militares contra Hamas (2008, 2012 y 2014). Además, la Franja de Gaza sufre un bloqueo constante por parte de Israel y Egipto, que con la guerra se ha incrementado. A pesar de ello en 2023 Hamas parecía más fuerte que nunca y sus más de 3000 cohetes así lo manifestaban.

En 2017 trató de suavizar su postura publicando un documento en el que se comprometía a reconocer un Estado de Israel «interino» si se devolvían las fronteras a las de 1967 (en que Israel se hizo con el control de Cisjordania y toda Jerusalén).

Un puñal en el sur del Líbano: Hizbulá

El Líbano llevaba años 8 largos años desangrándose en una guerra civil que destruyó al que se conocía como la Suiza de Oriente Próximo. Fue en 1982 cuando nació Hizbulá (cuyo nombre significa El Partido de Dios), organización islamista chií, apoyada por Irán. El triunfo reciente de la Revolución Islámica llevó a Irán a apoyar la creación de esta milicia, armada y entrenada por la Guardia Revolucionaria iraní. La invasión israelí del sur del Líbano en junio de 1982, que pretendía eliminar a los miembros de la OLP establecidos allí, desencadenó su creación.

Hizbulá es una organización que en su manifiesto fundacional (publicado el 16 de febrero de 1985) juró obediencia al líder supremo de Irán (en aquel momento el Ayatola Ruhollah Jomeini), declarándose por ello islamista. Su punto fundamental es el de la lucha por la destrucción del Estado de Israel, negando cualquier posibilidad de acuerdo de paz.

Al igual que Hamas en Gaza, Hizbulá tiene varias facetas, aunque la militar y la terrorista sean las centrales y más importantes. Como se afirma en la página web Newtral, «ha desarrollado una importante actividad asistencial en el sur del Líbano, donde controla los servicios básicos de gran parte de la población.» Además, también destaca su faceta política pues sus diputados están presentes en el parlamento libanés.

A diferencia de Hamas, Hizbulá es una organización que ha intervenido a nivel internacional. Ha participando de forma muy activa en la guerra civil de Siria y en Irak, luchando contra el Estado Islámico. Según The New York Times, la CIA la considera como la organización militar (sin ser un ejército estatal) con el mayor arsenal del mundo. Se calcula que tiene unos 50.000 combatientes armados. Sus lazos con Irán (pero también Siria e incluso Rusia), harían que su arsenal fuera renovado rápidamente en caso de necesidad. Se habla de hasta 200.000 cohetes y misiles con un radio de acción de hasta 450 km (la frontera libanesa está a menos de 200km de Jerusalén). Sin embargo, se reconoce que todas las cifras aportadas podrían haberse inflado para apoyar el ataque israelí sobre el Líbano.

Un año después del despiadado ataque de Hamas

La pesadilla israelí ha arrasado casi en su totalidad la Franja de Gaza. Si el ataque de Hamas fue una atrocidad sin sentido, la reacción israelí ha ido mucho más allá de cualquier lógica. La destrucción de escuelas y hospitales ha sido masiva. La población civil está condenada al hambre debido a un bloqueo aún más estricto del que ya sufría. Los combates han producido decenas de miles de muertos. El ejército israelí ha obligado a toda la población a desplazarse en masa hacia el sur. Egipto se niega a abrir sus fronteras en la Península del Sinaí por miedo a una avalancha de refugiados que desestabilice aún más el país. El sur de la Franja de Gaza se ha convertido en una desolada ratonera sin salida, donde reina el desamparo y la esperanza se ha desvanecido.

La masacre se extiende hacia el norte, las tropas israelíes llevan semanas bombardeando intensamente el sur del Líbano y haciendo incursiones en su territorio, algo que se veía venir desde hacía meses. Sin embargo, Hezbolá ha aumentado mucho sus capacidades militares desde la guerra que los enfrentó a Israel en 2006. Además, Irán ha lanzado un ataque masivo con misiles sobre Israel que ha demostrado que su Cúpula de Hierro no es tan efectiva como creían.

Según publica El País, el pasado noviembre, la aviación israelí comunicó haber atacado un total de 22.000 objetivos, una media diaria de ataques de 846. Según ellos, trata de «una de las campañas más devastadoras de la historia.» En los 365 km2 de Gaza viven más de 2,2 millones de personas, de las que casi la mitad es menor de 18 años. El ministerio de sanidad de Gaza contabiliza más de 40.000 muertos a día de hoy (el 2% de la población). En el mismo artículo de El País se afirma que «la organización británica Airwars ha conseguido verificar la identidad de casi el 80% de los fallecidos listados utilizando fuentes abiertas en internet.» Nunca antes se habían dado estas cifras, en el anterior ataque israelí en 2014, se produjeron como mucho 2000 víctimas.

Escuelas, hospitales y centros de salud han sido los edificios más dañados. Lo más parecido que podemos encontrar actualmente es la ciudad de Mariupol, en Ucrania, que sufrió un daño total del 32% de sus edificios, muy lejos de la destrucción producida en Gaza que llega a casi al doble. La escala de destrucción no tiene comparación con ningún otro conflicto reciente y el Líbano está empezando a sufrir el mismo castigo.

Actitudes internacionales

Consideramos el ataque de Rusia a Ucrania un crimen que debería detenerse cuanto antes. De igual manera, tampoco podemos mirar hacia otro lado ante las atrocidades israelíes. Las operaciones comenzaron como una legítima acción de defensa que pretendían el rescate de los rehenes tomados por Hamas. Esa excusa dejó de ser valida hace mucho tiempo.

El 30 noviembre de 2023 la actitud del gobierno español motivó la retirada de la embajadora israelí en Madrid y la llamada a consultas a la embajadora española en Israel. El presidente español realizó unas declaraciones en las que condenó las acciones de Hamás pero también dijo que dudaba de que Israel estuviese cumpliendo con el derecho internacional humanitario y pedía su cumplimiento. Además, añadía que una solución para la paz es apoyar el reconocimiento del Estado Palestino, tal y como lo reconoció en su día la ONU mediante la resolución 181. Por otro lado, se ha preguntado al gobierno en repetidas ocasiones si España ha vendido armamento a Israel después de los ataques de Hamas. La respuesta ha sido siempre que «no se ha vendido, exportado o autorizado ninguna licencia de armas a Israel desde el 7 de octubre.» ¿Es esto verdad?

Mientras las masacres continúan y EEUU sigue apoyando a Netanyahu – cuya única solución al difícil momento político que vive parece ser esta guerra de exterminio – se sigue considerando a Putin un monstruo. En declaraciones hechas justo un año después de la masacre, Joe Biden admite las limitaciones de la influencia de los EEUU en Oriente Próximo, pero reafirma su respaldo a Israel, desamparando una vez más a los más débiles, la población civil de Gaza.

¿Hasta cuando abusarán los políticos de nuestra paciencia? La hipocresía en política, decididamente, parece no conocer límites.