
Palermo
Hay ciudades que no pueden estarse quietas ni por un minuto. Siguen alterando su estructura urbana y su personalidad pero manteniendo su identidad inalterada. Esto no sucede con todas. Algunas ciudades, para preservar la totalidad de su identidad, necesitan quedarse absolutamente quietas. Barcelona se mueve. Venecia se queda quieta. La Havana se mueve. Viena se queda quieta. Berlin se mueve.
Síguenos