Recuerdo cuando leí el libro Tipos singulares de Tom Hanks. Había 17 minicuentos diferentes y el que más se me quedó grabado fue la interacción de una mujer con el dueño de una tienda de máquinas de escribir. A medida que avanza la historia, te das cuenta de que la máquina de escribir no es más que una representación de lo que ella realmente busca: permanencia. Es un deseo con el que todos podemos identificarnos.

Ojear físicamente las páginas de un libro, pasar las páginas en un álbum de fotos, colocar tu disco favorito en el tocadiscos (quizá no sea el ejemplo más cercano). Hay algo maravilloso en la incomodidad de algo físico que ocupa espacio en el bolso, apretujado junto a un dispositivo que podría sustituirlo fácilmente.

Somos criaturas muy táctiles; al fin y al cabo, somos humanos. Pero creo que es más que eso. Lo físico conlleva esa permanencia, esa sensación de que no vas a desaparecer porque ya no estés aquí.

Algo físico puede «llevar» más tiempo, pero la voluntad de dedicar ese tiempo es una expresión inconsciente de amor que dice «Tú vales el esfuerzo. Me comprometo contigo». ¿Qué maravilloso es tener ese momento de paz en el que te ralentizas y haces algo que adoras sin preocuparte de nada? ¿Qué hermoso es cuando alguien te regala su tiempo y su atención? Esos son los momentos increíbles de la vida. Esos momentos en los que te tomas tu tiempo y, al hacerlo, te olvidas por completo del tiempo.

Es tan fácil precipitarse. Incluso cuando hago yoga, una actividad que hago para bajar el ritmo, tengo que recordarme a mí mismo que no tengo que respirar en el momento exacto en que me lo dice el instructor, ¡sobre todo cuando acabo de empezar a espirar! El truco para mí es recordarme a mí mismo que estoy a salvo, porque la verdad es que sólo me precipito cuando pienso que podría ocurrir algo malo si no lo hago.

Supongo que sólo me quedan unas pocas cosas que decir en este punto:

  • Tu tiempo es tuyo y es valioso;
  • Sé intencional con tu tiempo
  • Comparte tu tiempo cuando puedas

Y para terminar, os dejo con una cita de Rania Mustafa Ali:

«Tienes el lujo de no considerar el tiempo como un concepto peligroso que podría matarte, sino como una oportunidad para prosperar, así que haz que cuente».


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