
Impune asesinato
Adolescencia. Hormonas agitadas. El aburrimiento. Busqueda de risas. La crueldad. La violencia tan adentro. Yo, buscando la razón por la que aquel chaval, mayor que yo, llamado Nano en el barrio, ató un gran petardo al vientre de un gato inocente. . No era de nadie, pero todos lo queríamos. Mis amigos me dieron la noticia. Lógico era pensar que
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