
Correr me ayuda a pensar
Y a no pensar también. Más bien, a pensar en otra cosa. En aquellos días en los que parece imposible librarse de la ansiedad, de pensamientos que te persiguen, me pongo a correr. No porque sea más rápido que mis sombras, sino porque al correr no tengo tiempo para parar a observarlas. Hoy por ejemplo, después de despertarme y encontrarme
Síguenos