Ella tiene los ojos de la bondad
Azul, verde y marrón
La Trinidad
Completa y perfecta, pero rota
Roto el verde de su corazón
Palidecido el órgano por el amor mundano
Pisoteada la espalda por hienas carroñeras
Le pica la rabia
y la calla con agua tibia
No duerme por no escuchar la voz de la verdad
No limpia por no llorar
No llora por no limpiar
El pasado la lleva de la mano,
pero ahora rebrotan las flores a su paso
Triste y serena
Bonica y graciosa
Pisa con fuerza, aunque no se da cuenta
Es pequeña, pero su cuerpo encierra
todo el poder de esta Tierra
En su mente y su nombre, la sabiduría
La envidian y admiran por ello
Es nata seductora
Hombres y mujeres sucumben a sus pies
Es la diosa del placer