High Fidelity es una novela de 1995, escrita por el británico Nick Hornby, que sigue la vida de Rob, un apasionado de la música y la cultura pop y propietario de una tienda de discos en Camden, Londres. Obsesionado con la creación de listas (como por ejemplo top 5 mejores singles de la cara A de un álbum o top 5 canciones para poner en tu funeral) y alérgico al compromiso, un día su novia le deja y él empieza a tener una de esas fases de qué-coño-hago-con-mi-vida. Entonces decide ponerse en contacto con sus principales exnovias para averiguar qué era lo que a él le faltaba.
Cinco años después de la publicación del libro, Stephen Frears dirigiría una acertada adaptación protagonizada, producida y coescrita por John Cusack, en la que había ciertos cambios como por ejemplo que ya no sucedía en Londres, sino en Chicago, hogar de la mayoría de películas de John Hughes (como 16 velas, en la que también aparecía John Cusack), y de maravillosas series como Shameless o The Bear (la que para mí fue la mejor serie del año pasado), por poner algunos ejemplos. Estos últimos datos realmente no tiene nada que ver con éste artículo, pero últimamente no paro de encontrar fantástico contenido ambientado en Chicago. Creo que el destino me está mandando una señal para que visite la ciudad de Illinois.
Divertida, llena de referencias y con una genial banda sonora, la película fue un éxito. Me parece un acierto la elección de romper la cuarta pared, y veo a un John Cusack que a veces me parece inspirado y gracioso, y otras un tanto insulso. También hay que destacar lo bien rodeado que está por un reparto lleno de futuras estrellas como Jack Black, Catherine Zeta-Jones, Joan Cusack, Tim Robbins o Lisa Bonet. En conclusión, a mí la película me gustó bastante, sobretodo por ese acercamiento tan particular y cómico al género de las comedias románticas.
Lo que de verdad importa es lo que te gusta, no lo que eres… Libros, discos, películas… esas cosas importan. Llámame superficial, pero es la puta verdad, y según esta medida estaba teniendo una de las mejores citas de mi vida.
Una de mis frases favoritas de High Fidelity
20 años después del estreno de la película, se estrenaría un remake en formato de serie protagonizado, producido y coescrito por Zöe Kravitz. Yo entré al mundo imaginado por Nick Hornby gracias a esta serie, la cuál disfruté como un niño. Me pareció divertida, entretenidísima y muy rica culturalmente hablando. Llena de geniales referencias y, como era de esperar, con una banda sonora espectacular, me la acabé en un abrir y cerrar de ojos. Luego, para mi decepción, descubriría que había sido cancelada y que aquella sería la única temporada.
En cualquier caso, investigando más sobre la serie descubrí la novela y la película del 2000, bastante parecidas en muchos aspectos a la serie, pero también con muchas diferencias notables. Es de eso de lo que voy a hablar hoy, de cómo realizaron una adaptación adecuada al contexto sociocultural en el que se vivimos, quedándose con los mejores aspectos de la película de y de la novela, y sin miedo a desechar otros que no funcionaban. En la época en la que nos encontramos llena de remakes y reebots mediocres, High Fidelity (2020) es un ejemplo a seguir.
Principales aciertos de la serie
Está nueva serie no está ambientada ni en Londres ni en Chicago, sino en Nueva York. Rob, convertido en un personaje femenino, es ahora interpretada por Zöe Kravitz, que es el primer gran acierto de este nuevo remake. Kravitz tiene un carisma del otro mundo, y solo por ella ya vale verse todos los episodios. Me sabe mal decirlo porque considero que John Cusack tiene talento, pero al lado de Kravitz, el primero empequeñece.
En la película original, excepto por el personaje de Lisa Bonet, no hay nada de diversidad de ningún tipo (ni racial, ni de orientación sexual). La serie corrige ese aspecto de un modo brillante. No se ve forzado ni un movimiento de discriminación positiva (como desgraciadamente sucede muchas veces con los remakes contemporáneos, ehem Ghostbusters), sino como algo orgánico e incluso inevitable. No digo que el hecho de que la película original esté protagonizada principalmente por hombres blancos heterosexuales sea un problema, pero simplemente creo que esta apuesta por la diversidad añade mucho a la historia. Hablar de la cultura pop es hablar del pueblo y teniendo una ciudad tan multicultural como Nueva York como escenario era casi un requisito reinventar a los personajes.
Esto me lleva a los personajes secundarios, los colegas de Rob en la tienda de discos. En la serie son Cherise, una estridente e hilarante mujer negra y Simon, un reservado exnovio de Rob que rompe con ella cuando descubre que es gay. Simon y Cherise como personajes corales funcionan increíblemente bien, y ayudan a que la trama se desarrolle con fluidez y gracia.
En cuanto al guión, creo que la serie es capaz de coger elementos que funcionan estupendamente, como la trama principal, el tema de las listas, romper la cuarta pared o ciertas escenas cómicas, y los eleva al siguiente nivel. Jack Black y Cusack me hicieron gracia en la película, pero es que en la serie no podía parar de reír con Rob, Cherise y Simon. También me parece estupendo que decidan cambiar muchas de las tramas de la historia ya que salen victoriosos de muchos de esos cambios.
Detalles que me encantan
- El equivalente del personaje de Liz en la serie es Cameron, el hermano de Rob. En la película Liz y Rob no son hermanos, pero tienen una relación bastante fraternal. ¿Y sabéis quién interpreta a Liz? Joan Cusack, la hermana de John Cusack
- Cuando en la película vi a Lisa Bonet me sorprendió el increíble parecido que tenía con Zöe Kravitz. Luego buscando información descubrí que Bonet es su madre. Este tipo de detallitos me fascinan.
- Todos los guiños y referencias a la película original son maravillosos. Desde vestuario hasta planos o escenas específicas.
- Cómo se han adaptado a los nuevos tiempos. Por ejemplo, Rob ahora en vez de hacer mixtapes hace playlists de Spotify.
En definitiva, tenéis que verla
En España está disponible en Disney + y os la recomiendo encarecidamente. Es una lástima que no la hayan renovado; yo ya no sé que tiene que conseguir una serie para que lo hagan (bueno sí que lo sé: dinero, mucho dinero).