Chipre forma parte de pleno derecho de la UE y es plenamente reconocido por toda la comunidad internacional. ¿Toda? toda no, hay un país que aún se resiste. Turquía sostiene que Chipre debe dividirse en dos Estados debido a la división étnica, cultural y lingüística de su población. Sus hermosas playas de dorada arena y aguas color turquesa se llenan cada verano de turistas. Mientras tanto, la ONU mantiene contingentes militares tratando de mantener la paz. Nicosia es la última capital del mundo dividida por un muro y se pisotean los derechos humanos

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Chipre es una preciosa isla del Mediterráneo oriental, una de las más grandes y pobladas. Se trata de un pedacito de tierra habitado desde la más remota antigüedad. Era un lugar muy rico, allí se producía unos lingotes de cobre (y estaño) con la forma de la piel de un buey que pudieron ser utilizados como moneda en todo el Mediterráneo entre el 1500 y el 1000 a. de C. Una isla realmente próspera.

Hoy en día es un verdadero paraíso para el viajero. Preciosas playas salpican su costa y en su interior guarda restos arqueológicos de multitud de culturas. Es una de las cunas de la civilización europea. La mitología griega la coloca como uno de los lugares probables del nacimiento de Afrodita, la diosa del amor y la belleza.

Un país que entró a formar parte de la UE desde el año 2004. Sin embargo ¿qué Chipre es la que reconoce la UE? Su población, de casi 1 millón de personas, está dividida en dos comunidades bien diferenciadas, la grecochipriota y la turcochipriota. Ambas viven desde hace unos 60 años en dos zonas separadas de la isla. Un paraíso cruzado de oeste a este por una profunda brecha, como si un cuchillo hubiera cortado de un tajo su antigua piel.

La isla tiene una situación geoestratégica fundamental en el Mediterráneo más oriental. Separada por estrechísimos brazos de mar de las costas de Turquía (en el norte), a menos de 100 km, y de Siria y el Líbano (en el este) algo más. Su control siempre ha resultado vital para los imperios que quisieran dominar la zona.

la isla estaba desgarrada en dos partes: el norte y el sur. Un lenguaje distinto, una escritura distinta, una memoria distinta prevalecía en cada una, y cuando los isleños rezaban, rara vez lo hacían al mismo dios.

Elif Shafak

Breve repaso histórico

La isla de Chipre ha sido el lugar de ocupación de multitud de culturas desde la noche de los tiempos. Se han encontrado restos arqueológicos de civilizaciones de al menos 10000 años de antigüedad. Chipre estuvo siempre dentro de la esfera de influencia griega y como tal formó parte del mundo griego (la cultura minoica, la micénica…), aunque también hubo colonias fenicias y fue dominado por egipcios, hititas, asirios, persas… en diferentes momentos de la historia antigua. Finalmente cayó bajo el dominio romano, pasando luego, como es lógico, al Imperio Bizantino. Después llegaron los cruzados y a finales del s. XV, los venecianos.

En 1570, los otomanos, en el cenit de su poder, decidieron que era imprescindible controlar la isla, la Serenísima era una potente rival y Chipre eran una molestia constante. Reunieron un fuerte contingente militar y tomaron la isla en un duro asalto. A partir de entonces comenzó a llegar población turca de todo tipo con lo cual el número de habitantes se multiplicó y se dividió en dos comunidades claramente diferenciadas por su religión, su idioma y su cultura. Con la conquista comenzó un largo periodo de decadencia económica.

Los británicos llegan casi por casualidad

La decadencia no solamente afectó a Chipre, poco a poco el Imperio Otomano fue siguiendo el mismo camino. Tras la enésima guerra ruso-turca (1874-1875), los rusos estuvieron a punto de tomar la mismísima Constantinopla. Ante esta situación, la Sublime Puerta decidió arrendar la isla a los británicos, convirtiendo al Imperio Otomano casi en un protectorado por una cantidad irrisoria.

Para los británicos fue una oportunidad de oro. Chipre les facilitaba el control del Canal de Suez, vital para su tráfico de mercancías con la India. Poco después, consiguieron convertir Egipto y Sudán en otros protectorados. Ambos territorios eran nominalmente otomanos pero en la práctica eran independientes.

Este episodio tan dramático y significativo está excelentemente narrado en Historia Secreta de la Ocupación Inglesa de Egipto, de Wilfrid S. Blunt, viajero antiguo miembro del Foreign Office, quien narra de primera mano todos estos sucesos.

Cuando el Imperio Otomano se unió a las Potencias Centrales en la I Guerra Mundial, estos protectorados pasaron formalmente a engrosar la nómina colonial británica. No tardaría mucho el resto del imperio en ser despiezado y repartido entre británicos y franceses como se comentó en nuestro artículo Nacimiento del Estado de Israel ¿sueño o pesadilla?

Independencia: dos comunidades, dos estados

De esta manera, Chipre se había convertido en una de las principales posesiones británicas hasta que después de la II Guerra Mundial comenzó la disolución de su imperio colonial. En 1960 se reconoce finalmente la independencia chipriota. Los británicos se reservaron la soberanía sobre dos bases militares en el sur de la isla, Acrotiri y Dhekelia. El resultado de todo esto fue el comienzo del movimiento de población que acabará concentrando a los grecochipriotas en el sur y a los turcochipriotas en el norte.

Durante los años 50 se multiplicaron los atentados de la organización nacionalista EOKA contra británicos, turcochipriotas y grecochipriotas no nacionalistas. Con la formación de la República de Chipre no se solucionan los problemas sino que más bien se agudizan. Durante los años 60 hay constantes choques entre ambas comunidades. Los grecochipriotas eran partidarios en su mayoría de la unión con Grecia, la enosis. Los turcochipriotas, inicialmente eran partidarios de que continuara el dominio británico, pero luego se decantaron bien por la taksim (partición) bien por la anexión de la isla a Turquía.

Los problemas desembocaron en la conocida como Crisis de de Chipre que comenzó en las Navidades de 1963 y provocó graves enfrentamientos durante 1964. Intentando controlar toda esta violencia, la mano del general Peter Young, como representante británico, trazó el 30 de diciembre de 1963 la conocida como Línea Verde. Las dos comunidades quedaban definitivamente separadas, cada una en un territorio perfectamente delimitado. El gobierno turco movilizó su ejército para intervenir pero la promesa de la instalación de fuerzas de la ONU logró evitar el conflicto en el último momento. Esta misión continúa en la zona entre las dos comunidades. En la página web de la ONU podéis ver todos los detalles y resoluciones emitidas.

Así narra esta división la escritora de origen turco Elif Shafak en su novela La Isla del Árbol Perdido:

"Porque la isla estaba desgarrada en dos partes: el norte y el sur. Un lenguaje distinto, una escritura distinta, una memoria distinta prevalecía en cada una, y cuando los isleños rezaban, rara vez lo hacían al mismo dios.

La capital estaba dividida mediante una partición que la rebanaba como un tajo el corazón. A lo largo de la línea de demarcación - la frontera - había casas ruinosas acribilladas de orificios de bala, patios vacíos con cicatrices de los estallidos de las granadas, tiendas tapiadas convertidas en ruinas, cancelas ornamentadas colgando en ángulo de sus goznes rotos, coches de lujo de otra época herrumbrados bajo capas de polvo... Las carreteras estaban bloqueadas por rollos de alambre de espino, pilas de sacos terreros, barriles llenos de cemento, zanjas antitanques y torres de vigilancia. Las calles terminaban de manera abrupta, como pensamientos inconclusos, como sentimientos no resueltos.

[...] La línea que desgarraba Chipre de una punta a la otra, una zona neutral por la que patrullaban las tropas de las Naciones Unidas, medía unos ciento ochenta kilómetros de largo y tenía unos seis de ancho en algunos puntos, mientras que en otros solo unos cuantos metros."

1974, la invasión turca y la división definitiva

En 1974 se produjo un golpe de estado apoyado por la Dictadura de los Coroneles, que gobernaba en Atenas desde 1967. Su intención era que Chipre se uniera definitivamente a Grecia.

Lo que no había ocurrido en 1964 se precipitaba entonces. Ankara organizó una invasión en toda regla de de Chipre para defender a los turcochipriotas. Tras durísimos combates, 30.000 soldados ocuparon el tercio norte de la isla. Turquía reconoció en el acto a la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre.

Mapa de la situación de Chipre tras el golpe de estado de 1974 y la invasión de las tropas turcas
Fuente: https://msur.es/fondo/conflictos/chipre/

¿Es posible unificación?

En 2004 las Naciones Unidas pusieron encima de la mesa el Plan Annan-V que fue votado en referéndum. En él se proponía, entre otras muchas cosas, la desaparición de la República de Chipre, siendo sustituida por una «confederación flexible de dos estados en su mayor parte autónomos». La página web de la embajada chipriota en Madrid aporta muchos datos, entre ellos, los resultados. Los habitantes grecochipriotas lo rechazaron con un voto negativo del 75,8% mientras que los turcochipriotas lo aceptaron con un 64,9% del sufragio a favor.

A pesar del descalabro que supuso el resultado del referendum y del discurso oficial mantenido por Ankara, 2016 fue un año de gran entusiasmo e ilusión. Según un artículo publicado en la web de la Türkiye Radyo Televizyon Kurumu (Corporación Turca de Radio y Televisión), a principios de noviembre de ese año se iban a reunir en Suiza las partes enfrentadas cuyos representantes serían el líder de la República Turca de Chipre del Norte, Mustafa Akinci y el entonces presidente de la República de Chipre, Nikos Anastasiadis. Se daba nuevamente la clara posibilidad de unificar Chipre en la federación flexible rechazada años antes. Finalmente, como informó entre muchos otros Europa Press, a mediados de noviembre las conversaciones se estancaron y no se llegó a ningún acuerdo respecto al criterio territorial. Un nuevo fracaso que condena a los 800.000 grecochipriotas a continuar sus vidas separados de los 220.000 turcochipriotas.

Recep Tayyip Erdogan, presidente de la República de Turquía, ha realizado diversas visitas a la zona en los últimos años. Su empeño es siempre el mismo, como se dice en un artículo de la Vanguardia de 2021, que la República Turca del Norte de Chipre debe ser reconocida como un Estado y que solamente como tal debería reanudar las conversaciones con la República de Chipre, como también publica Türkiye Radyo Televizyon Kurumu en su web en un artículo actualizado a 4 de junio de 2024.

Imagen proporcionada por BBC Mundo mostrando la división de la ciudad antigua de Nicosia mediante un muro que impide el libre movimiento de sus habitantes.
Fuente:https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-46055856

Reflexiones sobre un futuro incierto pero esperanzador

Ante todo esto, no dejan de surgir preguntas incómodas sobre otra situación aparentemente irresoluble.

¿Afectará la postura de Turquía sobre Chipre a su entrada en la UE?

¿Podrán las nuevas generaciones acercar posturas y resolver definitivamente el problema?

¿Se les permitirá algún día a los desplazados volver a sus hogares?…

A pesar de todos los esfuerzos, parece aún muy lejano el día en que Nicosia pueda repetir la ilusionante experiencia de Berlín en 1989. Este es solo un ejemplo de cómo nuestra vieja y querida Europa vive un resurgir de los nacionalismos ¿Hasta cuándo tendremos que soportar todas estas irracionales y trasnochadas ideas?

No es tarde aún; estamos a tiempo de refrenar esa osadía que solo busca provocar conflictos exacerbando el miedo, que se ríe de la paz y que no se preocupa de las personas sino de trozos de tierra y telas de colores. Debemos continuar trabajando promoviendo el diálogo y la comprensión para que algún día Chipre pueda reunificarse y se convierta en otro ejemplo que muestre que la convivencia entre comunidades tan diversas es posible.

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