Hace un par de días saltó la noticia de que un partido universitario de la NCAA femenina (la asociación de baloncesto universitaria de Estados Unidos) se había convertido en el partido de baloncesto femenino más visto de la historia con una audiencia de 12,3 millones de espectadores. No solo eso sino que había sido el el segundo partido de baloncesto más visto del año, incluyendo ligas masculinas como la NBA o Euroliga. ¿El motivo? Caitlin Clark, una superestrella en ciernes, que anotó 41 puntos (¡con 9 triples!) y repartió 12 asistencias en el encuentro.

Su draft en la WNBA supondría que miles de aficionados al baloncesto como yo diéramos una segunda oportunidad a la liga

¿Quién es Caitlin Clark?

Caitlin Clark nació el 22 de enero de 2002 en Des Moines, Iowa, y creció en West Des Moines. Actualmente cursa el último año en la Universidad de Iowa, donde se especializa en marketing, según se indica en el sitio web del departamento de atletismo de la universidad.

Caitlin Clark, la futura superestrella de la WNBA

Su ascenso a la fama se produjo tras batir impresionantes récords en la historia del baloncesto. Es la única jugadora de baloncesto masculino o femenino de la División 1 de la NCAA que «ha liderado su conferencia en anotación y asistencias en cuatro temporadas consecutivas», como se indica en su perfil oficial en el sitio web de la Universidad de Iowa.

Además de ser la máxima anotadora de todos los tiempos de la NCAA, Clark es también la primera jugadora de la primera división en «registrar más de 3.700 puntos, más de 1.000 asistencias y más de 850 rebotes en una carrera». Mientras concluye su última temporada con las Iowa Hawkeyes, Clark ha revelado recientemente que se presentará al Draft de la WNBA de 2024, y todo el mundo prevee que sea elegida con el primer pick.

Lo que Clark supone para el baloncesto femenino

Pese a los incontables intentos de conseguir que el baloncesto femenino sea más rentable, lo cierto es que no lo es, siendo la WNBA (el equivalente femenino de la NBA) el mayor ejemplo de ello debido a sus estimadas perdidas anuales de 10 millones de dólares.

Pese a ello, multitud de jugadoras han denunciado continuamente las diferencias salariales con sus contrapartes masculinas. Lo cierto es que en un sistema capitalista recibes ingresos de acuerdo a tu valor en el mercado, y hasta ahora, como producto, la WNBA no resulta atractiva. Por mucho que inyectes dinero en un proyecto, si no entretiene, no conseguirás retener a la audiencia. Es así de simple. En lo personal he probado a ver un par de partidos y lo cierto (y ésta es solo mi opinión) es que me resultaron aburridos. Pero eso podría cambiar pronto ya que Caitlin Clark ha aparecido en el firmamento.

No sé si la habéis visto jugar, pero es espectacular. Tiene un rango de tres increíble, y además es una gran pasadora. Básicamente, es puro show. Su draft en la WNBA supondría que miles de aficionados al baloncesto como yo diéramos una segunda oportunidad a la liga (y navegando por internet me he dado cuenta que son muchos los que piensan como yo). Eso es de un valor incalculable para el panorama deportivo femenino y la prueba de que, pese a que a día de hoy aún puedan acarrear pérdidas, invertir en deporte femenino contribuirá a la creación de más superatletas como ella.

Ya sucedió con el tenis y con el futbol femenino. Es la hora de que el baloncesto femenino empiece a coger relevancia, y qué mejor que hacerlo de la mano de una maga como Clark. Os dejo una recopilación de jugadas del último partido para que veáis de lo qué hablo.



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