Hay algo muy refrescante en el cine asiático (desde mi experiencia como europeo occidental, claro está). Como cinéfilo que me considero, demasiado tardé en adentrarme en este maravilloso mundo y sé que ya es todo un cliché pero mi principal puerta de entrada fue Parásitos (Corea del Sur). Tenía 17 años cuando se estrenó, y me dejó completamente anonadado.
La película de Bong Jong-Ho era un soplo de aire fresco, y no se parecía en nada a cualquiera de los thrillers estadounidenses a los que yo estaba más acostumbrado. Después de Parásitos, me enamoré de The Farewell (China), Minari (Corea del Sur y Estados Unidos) y La rueda de la fortuna y la fantasía (Japón), por citar algunos de los ejemplos que más me fascinaron de los últimos años.
Si tuviera que nombrar alguno de los beneficios de la globalización, sin duda el intercambio cultural sería uno de los principales. Nunca antes el contenido mainstream había sido tan variado e internacional, y Asia (y sobre todo Corea del Sur) tuvo un boom: Bong Jong- Ho arrasando en la temporada de premios con la ya mencionada Parásitos, El juego del calamar convirtiéndose en la serie más vista del mundo, Drive my car nominada a mejor película el año pasado en los Óscar…
Con este contexto vengo a hablaros Broker, un largometraje coreano con el que que, al igual que Plus que jamais, no estaba nada familiarizado antes de su visionado.
Mi opinión
Broker es una especie de road trip al estilo de Pequeña Miss Sunshine, en la que un disfuncional grupo recorrerá el país intentando vender a un bebé. Así de entrada puede sonar al tipo de comedia familiar que ya hemos visto antes, y es que, efectivamente, en ese sentido esta historia es algo que nos resulta familiar. De hecho, estoy convencido que en manos de una productora americana hubiera terminado siendo un proyecto feel-good más, que hubiera pasado sin pena ni gloria por las salas. Y sin embargo con un guión aparentemente sencillo Hirokazu Kore-eda, su director y escritor, te hace una obra de arte.
Ese es el primer punto. El guión parece sencillo debido a que se trata de una distendida historia, pero lo cierto es que la premisa arroja cuestiones éticas que el espectador tendrá que resolver consigo mismo a lo largo de toda la película, y eso te hace interactuar con el texto fílmico. Además, me maravilla cuando un guionista consigue que empaticemos (o que al menos sintamos profundo interés) por el devenir de sus personajes y Kore-eda lo consigue sobradamente.
Y el otro punto a destacar: el reparto. Todos y cada uno de los actores y actrices principales están muy bien. No lo digo por decir; Kore-eda sabe sacar jugo de sus intérpretes con escenas en las que las palabras escasean y las emociones florecen (a destacar las escenas entre IU y Gang Dong-Won, además de un magnífico Song Kang-Ho, al que conocíamos por Parásitos).
En definitiva, Broker es, ante todo, bella. Es bella por sus personajes, por la historia que cuenta y por las ambivalencias de la misma.
Así que id a verla
No os quiero dar más la murga; creo que ha quedado bastante claro que quiero que la veáis. No sé si ya se ha estrenado en España o cuando lo hará, pero sin duda es visionado obligatorio de este año.
Valoración
8.5/10