Mis ojos se encontraron con los suyos, y en ese momento, nos empezamos a reír.

– ¡Me cago en mí puta sombra tío! ¿Pero qué acaba de pasar?

– Nah…

– ¿Cómo que “Nah”? Menuda locura, ¿harás esto en el show?

– En el de hoy no; porqué ahora ha salido bien, pero a veces aún me falla el gimmick.

Para los que no sepan mucho de jerga mágica, un “gimmick” es un dispositivo o elemento especial utilizado para crear un efecto; desde una baraja con los dorsos marcados, hasta una moneda hueca.

– Maravilla de truco, de verdad.

– Gracias, compa. Voy a dentro a preparar algunas cosillas. 

– ¿Cosillas mágicas?

– Extremadamente mágicas.

Que maravilla de efecto. No me lo quito de la cabeza, tan natural, elegante… Hace que parezca que yo no tengo ni una pizca de talento. Este chico va a llegar lejos. Y hablando de chicos que vienen de lejos… Ahí está Will. Vaya mierda de frase… Saluda e intenta no parecer idiota. 

– Hey tío, ¿Qué te has perdido en el Ikea? de camino aquí, digo…

– ¿Qué?

Mira, que soy tonto.

– Nada, ¿Qué tal? Pensé que no vendrías.

– Te dije que vendría.

Que entrada más seca. Vamos a ver si lo arreglo.

– Ya bueno, pero cómo no hemos hablado mucho esta semana, en fin, ¿Preparado? ¿Con ganas de un poco de magia?

– La verdad, la magia no es lo mío.

Arreglado. 

– Vaya.

Silencio incómodo. Pero muy incómodo. Nos miramos, aparto la mirada, miro una colilla de cigarro en el suelo, le doy una patada, él bosteza, y no sé porqué, pero aplaudo.

– ¿Y ese aplauso?

Se ríe. ¡Menos mal!

– Nada, que tengo una enfermedad muy rara, y cada cierto tiempo tengo que aplaudir. 

¿Pero qué coño te pasa por la cabeza Lucas? ¿Tú ves esto normal?

– ¿En serio? ¿Pero en plan “TOC”?

– No, no, Will, que era una broma… 

– Ah, vale. Ha… tiene gracia.

Otro silencio. Un silencio sueco y de color amarillo. O así es cómo me lo imagino.