«Eloí, Eloí, Lamá sabactaní?». Es lo que Jesucristo dijo, según San Mateo, cuando sufría aquella larga agonía clavado en la cruz en el monte Calvario, justo antes de morir. «Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?» es lo que tantos y tantos gazatíes inocentes murmuran mirando al cielo desde hace ya dos interminables años.
La actitud europea
Cierto es que hay lugares en la Tierra que parecen estar abocados a una violencia sin fin. Sus habitantes no conocen la paz, como si fuerzas sobrehumanas les empujasen continuamente hacia la autodestrucción. Pero lo que resulta totalmente inconcebible es que Occidente en bloque, y más concretamente Europa, decidiera no decir ni esta boca es mía.
Casi dos interminables años les ha llevado a los líderes de nuestra tan amada Europa, libre, rica y democrática, tomar la gran decisión. Finalmente, Alemania, Francia y el Reino Unido han dado un paso al frente para decir abiertamente que ya es hora de parar esta demencial masacre. Así lo publicó EuroNews a mediados de julio de 2025. En realidad, esto es lo que piensa la mayor parte de la ciudadanía desde hace mucho.
Pero también hay que ser justos: en algunas ocasiones, el posicionamiento fue claro desde el inicio. El presidente español, Pedro Sánchez, así lo expresó. Sus palabras no fueron otras que «condena total y absoluta a los ataques de los terroristas de Hamas, pero que Israel cumpla con el derecho internacional humanitario». Esas declaraciones las realizó en RTVE el 30 de noviembre de 2023. Como consecuencia, Israel decidió retirar a su embajador en Madrid. Muchos le acusan de utilizar este conflicto como arma política. No seré yo quien lo niegue, pero los hechos ahí están.
En contraste, hace menos de una semana, por fin, Felipe VI de España, en su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas publicada por la Casa Real, clamó, imploró y exigió que se detuviera la masacre. Con el mayor de mis respetos, su majestad llega demasiado tarde y es demasiado tibio. Las víctimas necesitan este reconocimiento pero, sobre todo, apoyo con actos decididos y contundentes, con una presión diplomática verdadera. Su majestad no es un político, es estadista y capitán general de los ejércitos españoles. Como tal, debería demostrar que es también un verdadero líder y actuar con más determinación. Sin embargo, ha decidido esperar hasta último momento para no encontrarse solo ante esta condena mediática de la masacre en Gaza.
Los orígenes de una «nueva» locura
Quizá hemos olvidado cuál fue el inicio de la guerra actual, una más en el larguísimo rosario que se desgrana desde un ya lejano 1948. Lo narramos con bastante detalle en nuestro artículo La pesadilla israelí. El 7 de octubre de 2023, Hamas lanzó un atroz ataque sobre el kibutz de Reim, Israel, situado junto a la frontera de la Franja de Gaza. En él se estaba celebrando un festival de música. Fue devastador, más de 3000 cohetes segaron la vida de casi 1400 personas. Los militantes de Hamás tomaron 239 rehenes en la incursión que realizaron casi de forma inmediata.
¿Quién se acuerda ahora de eso? ¿Quién recuerda las palabras de apoyo de la Comunidad Internacional a Israel tras aquel execrable ataque? Incluso en la Puerta de Brandemburgo se proyectó la bandera del Estado de Israel como muestra de apoyo. Lo que comenzó como respuesta a un ataque terrorista, dio paso a algo que difícilmente se puede sostener a día de hoy.
Dos años después de iniciarse la vorágine de destrucción continúa y no se prevé un final a corto plazo. ¿Realmente ha fracasado el ejército israelí en su intento de acabar con Hamas? O, por el contrario, ¿está cumpliendo un programa cuidadosamente preestablecido de destrucción física y moral de la Franja de Gaza y de sus habitantes bajo el pretexto de perseguir al grupo terrorista? Recordemos que el mismísimo presidente de los EE.UU., Donald Trump, hizo pública en sus redes sociales su intención de convertir Gaza en una Riviera con grandes complejos hoteleros.

Fuente: sightmagazine.com.au
En cualquier caso, el ejército de Israel ha arrasado casas, escuelas, hospitales… no han dejado casi piedra sobre piedra. Las Naciones Unidas han repetido hasta la saciedad que se está cometiendo un nuevo genocidio, como se puede ver en este artículo de su página web. En palabras de Philippe Lazzarini, jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina, «la historia preguntará por qué nuestros predecesores no lograron prevenir los genocidios perpetrados bajo su vigilancia.»
Mientras tanto, en España y en Madrid
Desde el comienzo de esta intervención israelí en Gaza, la posición de los partidos de izquierda y del PSOE ha sido muy clara en su condena. También es cierto que, tradicionalmente, la izquierda se ha mostrado muy hostil hacia el Estado Sionista.
Por otro lado, la posición de los partidos de derecha se ha visto sacudida por el terremoto de la intervención de Felipe VI ante la ONU y la aparente buena sintonía con el tan denostado presidente Pedro Sánchez.
Algunos sectores en VOX afirman que se ha convertido en poco más que una marioneta del presidente. Incluso en la red social X se ha llegado a tildar al rey de traidor, como afirma este artículo publicado por El Independiente. Últimamente, la formación verde se ha mostrado muy atrevida cruzando determinadas líneas rojas como son la corona y la religión. Hace unas semanas criticaban duramente a la Iglesia Católica y Cáritas por su constante ayuda a los inmigrantes.

Fuente: huffingtonpost.es
En el seno del PP hay diversidad de opiniones, como muestra este artículo publicado por Europa Press. Ciertamente, se resisten a catalogarlo de genocidio, aunque algunos líderes así lo hayan reconocido.
Madrid, desde hace ya mucho tiempo, es como un mundo paralelo. El Gobierno de la Sra. Ayuso prohibió las banderas palestinas y el apoyo a Gaza en los colegios, se puede leer en este artículo de El País. Muchos colegios y asociaciones de padres y madres se han rebelado, he sido testigo de ello, contra este recorte en la libertad de expresión. Las banderas palestinas están cada vez más presentes en los muros de los centros educativos y se ha tomado el símbolo de la sandía como escudo de sus camisetas. El origen de este símbolo, ciertamente, tiene su jugo, así lo explica este artículo de BBC.
Al mismo tiempo, al alcalde de la capital, Sr. Martínez Almeida, no le ha temblado el pulso cuando ha afirmado «¿Sabe por qué pienso que no hay un genocidio? porque genocidio fue el del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.» Y al mismo tiempo acusaba a la oposición, Más Madrid y PSOE, de buscar como fin último el acabar con el Estado de Israel. Así lo publica la EFE en su artículo del 8 de septiembre.
Algunos datos esclarecedores
En cualquier caso, El Independiente publicó recientemente un muy detallado artículo que muestra la magnitud de la tragedia. Las cifras, aportadas por el Ministerio de Salud de Gaza y Autoridad Palestina, en manos de Hamas, y por el Ejército Israelí, hasta ahora son demoledoras:
- Más de 65.000 palestinos muertos, de los que más de 19.000 son niños (1139 muertos israelíes)
- Más de 165.000 heridos (8730 heridos israelíes)
- 14.000 desaparecidos bajo los escombros
- Al menos 422 muertos causados por el bloqueo de la ayuda humanitaria
Tengamos en cuenta que Hamas ganó las elecciones legislativas de 2006 en Gaza y poco después se hizo con el gobierno de La Franja frente a Fatah. Por ello, debemos ser conscientes de que, aunque los datos proporcionados vienen de las autoridades, hemos de tomarlos como lo que son: otra arma propagandística más. Según otras fuentes, los números podrían ser incluso mayores.
De aquellos polvos vienen estos lodos
El balance de los últimos dos años de guerra en el teatro Israel-Palestina es todo un descenso a los infiernos, simplemente dantesco. Pero conviene tener presente que lo que ahora ocurre hunde profundamente sus raíces en el siglo XX. La derrota, desarticulación y ocupación del Imperio Otomano, la declaración de Balfour, el colonialismo, la atropellada descolonización de Oriente Próximo, el desprecio por las decisiones tomadas por la ONU…

Fuente: es.dreamstime.com
Para dar los primeros pasos y adentrarnos en este tema tan espinoso, os propongo acompañarnos en una introducción al tema en nuestros artículos:
- Disolución del Imperio Otomano, caos mundial
- Nacimiento del Estado de Israel ¿sueño o pesadilla?
- La pesadilla israelí
Sin duda, me tacharán de antisemita. Pero, francamente, veo al Estado de Israel demasiado lejos de aquel «Eloí, Eloí, Lamá sabactaní?» y demasiado cerca del infausto «arbeit macht frei» que corona una de las entradas al Infierno de Auschwitz.
La memoria histórica es fundamental si pretendemos que haya un mínimo de justicia. Pero no es menos importante que después de toda la carnicería quede alguien con fortaleza de espíritu y voluntad suficientes para afrontar la crudeza de la realidad y caminar hacia una paz que llega tarde.