Gracias por no dejarme caer al Xibalba.

Gracias por ser el tirano

que me hizo perspicaz.

Gracias por soltar la lava

que me hizo reaccionar,

por ser el volcán 

que me hizo despertar.

Gracias por prestarme un poco de tu fuego.

Fue suficiente para volver a empezar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *