Hace un par de semanas hablaba de El club del Odio, el prometedor debut de Beth de Araújo, y hoy, siguiendo con esta línea de brillantes directoras americanas debutantes, hablaré de «Nunca llueve en California» (Palm Trees and Power Lines), estrenada ayer en España a través de Filmin, después de haber ganado en el último Festival de Sundance a la Mejor Dirección. Se trata del debut de su directora y escritora, Jamie Dack, y retrata la tóxica relación entre Lea (Lily McInerny), de 17 años, y Tom (Jonathan Tucker), un hombre de 34 años.

Lily McInerny y Jonathan Tucker en sus papeles de "Nunca llueve en California"
Lily McInerny y Jonathan Tucker en sus papeles de «Nunca llueve en California»

Sinopsis de «Nunca llueve en California»

Haciendo uso de sinopsis oficial de Filmin, «Palm Trees and Power Lines» sigue a Lea, de diecisiete años, que pasa sus vacaciones de verano sin otro plan que el de broncearse con su mejor amiga en el jardín trasero de su casa, mientras intenta no involucrarse en los problemas de su agobiada madre y queda con un grupo de chicos de su colegio. Esta monotonía se ve interrumpida por un encuentro casual con Tom, un hombre mayor que promete una alternativa a la insatisfactoria vida adolescente de Lea.

Una adolescente y un depredador

El guión nos presenta a Léa, que como Dack describió es «un cúmulo de vulnerabilidades. No sabe lo que es recibir atención y sentirse querida de esta manera. Tom es el primer hombre que la tiene en consideración y que satisface sus necesidades». Él sabe qué teclas tocar para llevar a Léa justo por dónde él quiere, en un proceso que resulta agonizante para el espectador.

Escena de Nunca llueve en California

Viendo la primera hora de metraje, el film me recordó a Red Rocket, la aplaudida comedia dramática de Sean Baker en la que un hombre de mediana edad se enamora de una joven de 16 años. Sin embargo, a medida que avanzaba la trama me di cuenta de que «Nunca llueve en California» es mucho más oscura y retorcida. Mientras Baker nos presentaba a un patético protagonista del cuál reírnos, Dack hace uso de diálogos y escenas de lo más verosímilies (y eso es lo que más aterra de la cinta), que van llevando a la protagonista (interpretada magistralmente por Lily McInerny) a un desenlace de lo más oscuro.

En una época en que la palabra «consentimiento» y el debate que esta acarrea está en boca de todos, Dack presenta una situación incómoda pero aterradoramente verosímil para explorar estos conceptos.

¿Mi opinión? Os recomiendo encarecidamente su visionado

«Nunca llueve en California» es una gran película por diversos motivos y el más grande de estos tiene nombre y apellido: Jamie Dack. No me extraña que en Sundance ganara a mejor dirección. Tal y como dijo Variety, la estadounidense «ha retratado una historia magistral de terror a fuego lento».

Acabo el artículo citando la crítica realizada por Joe Lips: «Esta película es expecional y no quiero volver a verla nunca».

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