La primera vez que oí hablar del término fue el verano pasado. Me pareció interesante, y realizar su práctica me ayudó a tener más claro cuál el enfoque profesional que quería para mi vida. Si os encontráis perdidos, no sabéis cuál es vuestro propósito, no sabéis qué estudiar, queréis darle un giro a vuestra carrera pero no sabéis hacia qué dirección u os encontráis en una dicotomía entre dos trabajos, os recomiendo que probéis con el Ikigai.

¿Qué es el Ikigai?

El ikigai es lo que los japoneses entienden como un propósito de vida o nuestra razón de ser. Tener claro cuál es nuestro Ikigai no solo nos ayuda a no sentirnos tan perdidos, sino que, según lo que se dice popularmente, juega un papel esencial en nuestra longevidad y calidad de vida. Basándonos en hechos, ésta afirmación no va desencaminada, ya que sí que es cierto que los japoneses, que llevan siglos usando esta técnica, son los más longevos del mundo, y con la multitud de estudios recientes en los que se está demostrando el tremendamente beneficioso impacto del mindfulness en nuestra salud, la técnica del ikigai puede ser tu aliada para conseguir la tan ansiada autorrealización espiritual.

Por supuesto, no se trata de una práctica milagrosa. Al final, toda la información proviene de ti mismo; la técnica te ayudará a entender tus habiliades y pasiones, para saber en qué priorizar para encontrar nuestro ikigai.

Pasos a seguir para usar el ikigai

  • Vete a un espacio tranquilo y seguro, sin distracciones. Usa auriculares con música tranquila si lo crees conveniente.
  • Coge una libreta y dibuja un diagrama de Venn como el de la foto.
  • Rellena cada uno de los cuatro círculos (lo que amas, aquello en lo que eres bueno, aquello por lo que pueden pagarte y lo que el mundo necesita) con distintas opciones. Tómate tu tiempo; quizá tardas varios minutos o quizá tardas días, eso es lo de menos. Lo esencial es que te empieces a entender cómo individuo. Yo te recomiendo empezar pensando cuáles son tus hobbies favoritos y qué se te da bien, y luego intenta extrapolar eso a las otras dos secciones.
  • Si tienes suerte, conseguirás encontrar una ocupación que en mayor o menor medida esté dentro de todos los círculos, y ese, querido/a amigo/a, será tu ikigai. Si no lo has encontrado, no pasa nada. Aconsejo no obcecarse demasiado con un objetivo, ya que quizá esa es la causa de que no hayas podido encontrar tu ikigai. Me explico: es importante que tengas varias opciones en todas las categorías, para que puedas experimentar con el diagrama hasta dar con tu ikigai. Voy a poner un ejemplo absurdo para que lo entiendas: quizá llevas toda la vida pensando que a lo que tú te quieres dedicar es a la petanca profesional. Pero llega el momento de hacer el diagrama y te das cuenta de que de la petanca no se puede vivir (sí, eso es una referencia). Está genial que tengas claro cuál es tu mayor pasión, pero quizá centrándote en ella has olvidado pasar tiempo conociéndote con el fin de averiguar quién eres tú fuera de ese hobby. Quizá haciéndolo descubres que también te encanta trabajar con madera, y esa sí que es una pasión que puede ser remunerada.

Para poder encontrar tu ikigai, debes antes conocerte. Ese autoconocimiento será la materia prima de la técnica y si no tienes distintas opciones en cada sección, es posible que no encuentres tu ikigai.

Sobre el dinero

Mi principal reticencia con el Ikigai la primera vez que me hablaron de él, fue que el dinero tuviera la misma importancia que tu pasión, tus habilidades o lo que puedas aportar al mundo. Me parecía una triste consecuencia de este sistema capitalista, y ese fue el principal motivo de mi rechazo inicial con la técnica.

Con el tiempo, después de madurar la idea, me di cuenta de que iba mucho más allá. La transaccionalidad es más antigua que el abuelo de Tutancamón. Sea tipo trueque como ya se hacía hace miles de años, o en un sistema socialista moderno, que nos ofrezcan un beneficio económico por hacer algo que nos gusta, que se nos da bien y que ayuda al mundo, nos hace sentir realizados. Mucho más que si simplemente realizáramos un hobby cualquiera, en el que sí, nos lo pasamos bien, pero no podríamos girar nuestra vida en torno a él.

Tampoco te obsesiones

Al final las personas somos como rios, y nunca te bañas dos veces en el mismo. Con esto me refiero a que todos cambiamos, y por eso no te recomiendo llegar a verdades absolutas ni saltar a conclusiones precipitadas. El objetivo de la técnica por encima de todo es arrojar luz en situaciones o contextos en los que no sabemos en que dirección enfocar nuestra vida y ese es el uso que os recomiendo que le deis. Espero que os pueda servir de ayuda.


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