Llevaba tiempo queriendo ver Close. Había leído críticas muy positivas, ganó el premio del jurado en Cannes y por ello no me sorprendió cuando la nominaron a Mejor Película Internacional en los Óscar (representaba a Bélgica y perdió anoche contra Sin novedad en el frente). Era una de aquellas películas que ya sabía que me iba a gustar antes de verla, quizá por que se trata de un coming of age y este género es mi debilidad, quizá por sus maravillosas imágenes promocionales. En cualquier caso, estaba en lo cierto: Close es una preciosidad.

Breve sinopsis

Léo y Rémi son dos amigos de trece años inseparables. Su conexión es muy fuerte, y disfrutan de un gran verano juntos hasta que toca empezar el instituto, y con ello, la necesidad de entender la naturaleza de su relación.

El éxito de Close radica en su sensibilidad: en la capacidad de capturar matices a priori anodinos que acabarán convirtiéndose en un tsunami de destrucción.

Crítica

El punto para mí principal que convierte a esta película en algo especial es su temática y cómo la trata. El éxito de Close radica en su sensibilidad: en la capacidad de capturar matices a priori anodinos que acabarán convirtiéndose en un tsunami de destrucción. Va de hacerse mayor y empezar a necesitar poner etiquetas a todo. Olvidar lo que era simplemente disfrutar, sin miedo a nada. El film retrata esta época de cambio de un modo que yo nunca había visto antes y yo personalmente, que la adolescencia no me pilla tan lejos, me sentí muy identificado con muchos de los dilemas que tiene nuestro protagonista.

Este film es una declaración de guerra a la masculinidad tóxica, y Lukas Dhont, su director, sale victorioso de la batalla. ¡Qué importante que se realicen películas así! Films en los que la gente joven (y también de la generación de nuestros padres) entienda la necesidad de por fin dejar que la gente viva como quiera, y y con esto también me refiero a microgestos o actitudes sutiles: hay muchas maneras de imponer tu visión del mundo a otros.

De hecho, en la película apenas hay homofobia per se y realmente da igual la sexualidad de nuestros protagonistas ¡Son niños, por el amor de Dios! Dos amigos que se quieren pero a los que la sociedad empieza a proyectar sus prejucios. De modo indirecto y nada melodramático, pero es que ahí está la fuerza de Close: el mérito de la cinta es poder capturar esas sutilezas que incomodan y moldean a la población joven y que hacen que tengan miedo de aceptarse o de, siquiera, intentar conocerse.

Close no solo consigue transmitir un importantísimo y necesario mensaje, sino que lo hace de la manera más bella posible. Cada plano del film es una obra de arte en sí, con unas secuencias en movimiento tremendamente efectivas, y con una Bélgica de fondo de lo más bella y colorida.

Por último destacar la interpretación de Eden Dambrine, además del resto del reparto. En mis premios imaginarios de éste año, yo le hubiera nominado a mejor actor sin ningún tipo de duda, y el chaval tiene solo 13 años.

La importante lección de Close

Nunca es tarde para aprender, para entender que al final todo se reduce al amor y a la aceptación de uno mismo. Que no pasa nada porque tu hijo juegue con muñecas o tu niña con Transformers. Que llorar está bien, y que no eres menos hombre por ello. Que lo que para ti lo que a lo mejor es una broma, quizá para un niño es un trauma.

Al final, esta es la magia del cine: es capaz de convertirse en una importantísima herramienta pedagógica. Usémosla para mejorar nuestra sociedad con películas como ésta.