Hace poco me hice con «Palabras para sanar«, el libro de Rupi Kaur en el que comparte ejercicios de escritura terapéutica y de creatividad a través de la poesía. Uno de ellos me ha gustado especialmente, y se centra en aquellos poemas cortos de uno a cuatro versos tan característicos de la poeta.
Fue una elección estilística escribir de manera tan concisa, sin adornos. Para el proceso de sanación, la comunicación es clave, así que eliminé el relleno de mi escritura. Sentía la necesidad de compartir las palabras exactas con mi público, sin distracciones.
Rupi Kaur
Kaur explica que estos poemas toman mucho más tiempo de lo que la gente se cree y que detrás de cada verso hay decenas de otros versos desechados. Los llama hueso de melocotón por que se trata del verdadero núcleo del mensaje que queremos transmitir y Kaur los usa cuando quiere que el poema llegue de una manera rápida y fuerte, como una bala metafórica.
Algunos ejemplos de Kaur de «huesos de melocotón»:
si hubiera sabido a qué se parece la seguridad habría perdido menos tiempo cayendo en brazos que no me la daban
nuestras espaldas cuentan historias que ningún libro tiene el dorso para poder llevar
he tenido sexo dijo pero no sé lo que se siente al hacer el amor
Cómo escribir tu propio hueso de melocotón:
Para la primera parte de este ejercicio, coge un folio o una libreta escribe un poema largo sobre cualquier tema que te esté cruzando la mente en este momento. No lo juzgues ni intentes hacer que sea estético; simplemente pon un temporizador de 5 minutos y escribe todo lo que te venga a la cabeza.
Para la segunda parte del ejercicio, debes editar tu poema hasta convertirlo en un hueso de melocotón. Los pasos a seguir son los siguientes:
- Primero, vuelve a la parte 1 y lee lo que has escrito desde el principio hasta el final. Cuando hayas terminado, describe la tesis de tu poema en una frase y anótala. Recuerda: la tesis de tu escrito es la esencia de este (si no lo tienes claro, escribe lo que responderías si te pidieran que resumieras tu poema en una frase)
- Una vez decidida cuál es la tesis, vuelve a leer lo que has escrito y descarta todas las frases que no la apoyen o que distraigan. Una vez que hayas escogido las frases con las que te vas a quedar, escríbelas otra vez en otra parte de tu libreta.
- Arranca una página de tu cuaderno para editar lo que acabas de escribir hasta que consigas reducirlo a cuatro frases. Tendrás que reescribir y usar varias páginas para completar esra parte. Mientras lo editas, ¡no olvides tu tesis! El objetivo de este ejercicio es que poco a poco consigas resumir en cuatro frases la esencia de tu tesis de la mejor manera posible. Mientras lo editas, haz todos los cambios que quieras. Puedes, incluso, añadir nuevas frases si crees que así tiene más fuerza. Continúa editando tu poema hasta que des con cuatro frases que te encanten y anótalas otra vez.
- Ahora, revisa las cuatro frases que tienes anotadas. Intenta hacerlas más cortas quitando palabras innecesarias o reduciendo el tamaño de la frase. El objetivo de esta parte es que consigas que tus cuatro líneas sean lo más potentes posibles y, al mismo tiempo, que apoyen perfectamente el mensaje central de tu tesis. Una vez que hayas conseguido la versión más potente, escríbela por última vez en un libreta. Ya has encontrado tu hueso de melocotón.
Os invito a que probéis y que me dejéis vuestros resultados en los comentarios de abajo. Antes de despedirme os dejo dos huesos de melocotón que escribí a raíz de éste ejercicio:
El río ya no ríe
si no te bañas en él.
Pedacitos de momentos
que le robamos al ayer
– Marc Borillo
Perdido en la luz
Rayo de sol
no arriba a buen puerto:
marinerito ciego
sin faro ni farero
– Marc Borillo