Jacinto conquistador
Quién sabe si por miedo al compromiso o por afán de conquistar, pero siempre fue un golfo. Incluso tras encontrar el amor verdadero no puso dejar intentar de seducir a las mujeres más bellas. Su mujer lo conocía, sabía que no podía apagar ese instinto y nunca pretendió que lo hiciera. Al contrario, le dijo: —de puestas para dentro eres
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