
Cartas de un difunto / Segunda carta
Algunas veces, no recuerdo a mi madre. Su piel, su nariz, su pelo…son detalles que se mezclan y se difuminan con el paso del tiempo porque no conservo ninguna fotografía. Pero ni aunque pasaran mil años podría olvidar su mirada. Esos ojos lánguidos y acuosos, como si siempre estuviera a un suspiro de echarse a llorar cuando veía pasar a
Síguenos