Cuenta la mitología griega que la Vía Láctea nació cuando Zeus puso a su hijo Heracles en el pecho de Hera, mientras dormía, para que lo amamantara y así adquiriera la inmortalidad. Sin embargo, Hera se despertó y apartó violentamente a Heracles de su pecho. La leche que manaba de su pecho salpicó el firmamento, y cada gota se transformó en una estrella formando un camino que conduce al Olimpo. Esta Vía Láctea se convirtió en el camino que llevó durante siglos a los caminantes y peregrinos hacia el oeste, hacia el fin del mundo, hacia el finis terrae, donde muchos creían que estaba Olimpo. Este sendero, que seguía las estrellas, acabó convirtiéndose en el Camino de Santiago. Desde hace muchos siglos mucha gente ha vivido soñando llegar a las estrellas.

Nacimiento de la Vía Láctea por Rubens
Fuente: Museo del Prado
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/el-nacimiento-de-la-via-lactea/c7369ad2-f0ae-4d5d-bb23-21f51bd3283c?searchMeta=el%20nacimiento%20de%20la%20via%20lactea
Nacimiento de la Vía Láctea por Rubens
Fuente: Museo del Prado

Partiendo del centro de Europa, el Camino Jacobeo está jalonado por grandes ciudades y villas diminutas que en otros tiempos tuvieron importancia. Todas ellas están coronadas por importantes iglesias e imponentes catedrales que fueron durante muchos siglos las edificaciones más importantes y visitadas. Así fue surgiendo el turismo de masas. Arquitectos y canteros las elevaron hacia el cielo, quizá soñando con llegar a las estrellas.

En el Camino de Santiago destaca como una gran joya la Catedral de León, con unas vidrieras exquisitas, famosas por su gran colorido, especialmente visible en los días soleados. Peregrinos y viajeros de todo el mundo han pasado por allí durante siglos. Hoy en día, además podemos encontrar otro tipo de viajeros salidos de las aulas de su humilde universidad.

Se habla mucho de la gran diáspora de científicos e investigadores españoles, pero hay también muchos que han decidido quedarse en nuestro país y crecer a pesar de las grandes dificultades que se presentan, sobre todo económicas. León nos ha proporcionado dos de las jóvenes figuras más destacadas del momento: Sara García Alonso y Pablo Álvarez Fernández, que han demostrado que el espíritu de alcanzar las estrellas sigue vivo esa ciudad del Camino de Santiago. Desde noviembre de 2022 forman parte de la Agencia Espacial Europea.

Sara García Alonso, primera mujer astronauta española

Licenciada en biotecnología en su León natal, se doctoró en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca. Ahora desarrolla su actividad científica en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dirigido por el gran Mariano Barbacid, una de las grandes eminencias en el campo de la oncología.

Sara García Alonso, oncóloga y astronauta de la ESA
Fuente: revista Muy Interesante
https://www.muyinteresante.com/ciencia/59445.html
Sara García Alonso, oncóloga y astronauta de la ESA
Fuente: revista Muy Interesante

Cuenta en una entrevista publicada en la revista Muy Interesante como, tras una larga y exigente criba, con entrevistas, dinámicas de grupo, test físicos, psicológicos y técnicos, fue elegida y ahora forma parte de la reserva de astronautas de la Agencia Espacial Europea (en sus siglas en inglés ESA). Su sueño más anhelado es pisar la luna. Es verdad que no tiene garantizado formar parte de una misión espacial en el futuro pero si que puede llevar a cabo una misión igual de importante, la de la divulgación científica. Mientras espera su momento, soñando llegar a las estrellas, sigue trabajando en otra misión igual de importante: la lucha contra el cáncer.

Pablo Álvarez Fernández, directo al espacio

Pero no salimos de Léon y seguimos soñando llegar a las estrellas. Sara no fue la única, otro leonés recibió ese mismo mes de noviembre de 2022 la llamada de la ESA, como relata un artículo de El Confidencial. Pablo Álvarez Fernández fue más afortunado y sí que fue seleccionado para poder realizar misiones espaciales. Se trata de otro licenciado de la Universidad de León, esta vez un ingeniero aeroespacial. La oportunidad le llegó trabajando en Airbus, desarrollando el proyecto de la ESA «róver ExoMars«.

Astronautas graduados en la ESA en 2022, Pablo Álvarez el tercero por la derecha.
Fuente: EFE
Astronautas graduados en la ESA en 2022, Pablo Álvarez el tercero por la derecha.
Fuente: EFE

Seguro que no serán los últimos, pero no son los primeros

Pedro Duque, el pionero en la ESA

Pedro Duque, en pie el segundo por la derecha, en la misión STS-95, la primera vez que viajó al espacio.
Fuente: NASA 
https://www.nasa.gov/mission/sts-95/
Pedro Duque, en pie el segundo por la derecha, en la misión STS-95, la primera vez que viajó al espacio.
Fuente: NASA

Corría aquel maravilloso y legendario año de 1992, un año que supuso un cambio radical para España. Barcelona brillaba con luz propia gracias a los Juegos Olímpicos. Al mismo tiempo, Sevilla ejercía de escaparate para que todos los países del mundo mostraran los mejor de sí mismos en la Exposición Universal. Madrid no podía ser menos, se estrenaba como capital cultural europea.

Ese año, la Agencia Espacial Europea eligió a Pedro Duque para su cuerpo de astronautas. En realidad llevaba trabajando para la Agencia ya 6 años en el Grupo de determinación de órbitas precisas, entre otros departamentos. En 1996 formó parte de la misión STS-78 con la NASA, participando desde tierra como payload specialist.

Fue en 1998 cuando le llegó su turno para viajar al espacio por primera vez. Era la misión STS-95 de la ESA, volando en el mítico transbordador Discovery. En 2003, a bordo de la nave rusa Soyz, participó en su segundo viaje, la Misión Cervantes. En total ha pasado 19 días en el espacio, que se dice pronto.

Miguel López Alegría, primer vuelo en 1995 y aún soñando con las estrellas

Casualidades de la vida, ese año magnífico del 92 también fue en el que la NASA seleccionó a Miguel López Alegría para iniciar su preparación como astronauta. Su primera misión al espacio llegó en 1995, la STS-73. Más tarde participaría en otras dos misiones más a la Estación Espacial Internacional, la STS-92 en 1999 y del STS-113 en el 2002. Más tarde, en 2006 fue el comandante de la Expedición 14 a bordo de la nave rusa Soyuz TMA-9, que permaneció en el espacio 215 días.

Miguel López Alegría, primero por la derecha en la fila inferior, en su primera misión al espacio en 1995, la STS-73
Fuente: NASA
https://www.nasa.gov/mission/sts-73/
Miguel López Alegría, primero por la derecha en la fila inferior, en su primera misión al espacio en 1995, la STS-73
Fuente: NASA

En 2012 dejó de formar parte de la NASA y se unió a la empresa Axiom Space viajando nuevamente al espacio en 2022 protagonizando como comandante el primer vuelo privado a la Estación Internacional. A comienzos de 2024 participó en su sexta misión y última hasta el momento, la Axiom Mission 3. Tiene 66 años y sigue soñando con las estrellas.

El traje espacial de Emilio Herrera

El 24 de julio de 1969 la misión de la NASA Apolo 11 regresaba de un exitoso e increíble viaje: por primera vez, el ser humano había llegado y paseado por la luna. Neil Armstrong fue el primero en hacerlo. Pero ¿por qué entregó una de las rocas que recogió a un español? Era Manuel Casajust Rodríguez y lo hizo como homenaje póstumo a Emilio Herrera Linares, presidente del gobierno republicano español en el exilio entre 1960 y 1962.

Pero ¿quién era ese hombre al que Neil Armstrong honraba de tal manera? Mucha gente en España ignora que sin él difícilmente la NASA hubiera alcanzado a enviar al espacio exterior a sus astronautas. National Geographic publicó un interesantísimo artículo dedicado a este gran ingeniero, aventurero, militar, inventor… Padre de un traje diseñado para alcanzar la estratosfera en una misión que hubiera sido suicida si no hubiera estado tan bien diseñada y preparada para llegar a los 26.000 metros de altura. Corría el fatídico año de 1936 y la guerra impidió que se llevase a cabo.

Traje diseñado en los años 30 por Emilio Herrera Linares para alcanzar la estratosfera
Fuente: National Geographic
Traje diseñado en los años 30 por Emilio Herrera Linares para alcanzar la estratosfera
Fuente: National Geographic

Este incansable ingeniero y piloto de dirigibles, en 1914 encontró la fama cuando cruzó el estrecho de Gibraltar en avión junto con José Ortiz Echagüe, eran los primeros que lo lograban. Esta hazaña les valió ser invitados para pilotar el Graf Zeppelin LZ 127, el mayor y mejor dirigible jamás construido, en uno de sus vuelos transatlánticos. Destaca también su colaboración decisiva en la invención del autogiro y en la creación del Laboratorio Aerodinámico de Cuatro Vientos.

No fue el primero en intentar llegar a la estratosfera en España. Otro intrépido piloto militar, el comandante Benito Molas García, había perdido la vida asfixiado tratando de batir el récord de 13.000 metros de altura en 1928. Esto no le amilanó y diseñó un nuevo traje que le permitiría llegar mucho más allá. Pero, mientras estaba soñando llegar a las estrellas, estalló la guerra. Permaneció fiel al gobierno legítimo de la República y por ello tuvo que exiliarse en Francia, donde continuó sus trabajos de investigación. Durante la II Guerra Mundial los nazis le invitaron a colaborar, pero se negó. Tras la guerra llegó a ser consultor de la UNESCO para cuestiones de energía atómica. Falleció en Ginebra en 1967.

Como tantos otros genios españoles, el régimen de Franco lo condenó al ostracismo porque, a pesar de ser un convencido monárquico, hizo honor a su juramento de fidelidad a la República. Sin embargo fue honrado ampliamente en el extranjero. ¿Qué mayor reconocimiento pudo tener que que la Nasa se inspirara en su traje para desarrollar el que llevarían todos esos astronautas que conquistaron el espacio?

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