Xi Jinping afirma que China, socio económico fundamental de Serbia, no olvida ni olvidará la destrucción de su embajada en Belgrado en 1999.
Tabla de contenidos
- 1991 y el efecto dominó
- Kosovo, otra ficha que también cayó
- Intereses ocultos
- Las resoluciones de la ONU
- La intervención de la OTAN: un error de cálculo
Los Balcanes llevan siglos siendo foco de tensiones entre las etnias que los habitan. Parece que es otro de esos territorios que hasta hace muy poco estaban condenados al uso de la violencia continua para resolver cualquier problema.
Han pasado 25 años, era un mundo muy distinto al actual. En aquella época aún no había teléfonos inteligentes, tampoco existían Facebook ni Instagram ni Tik Tok pero, aún permanecen muy frescos en la memoria de mucha gente los sucesos que desangraron Yugoslavia a finales del s. XX. La televisión, la radio, los periódicos en papel nos traían el conflicto todos los días casi a todas horas.
En 1999 llegó lo que parecía ser el colofón, Serbia era bombardeada por las fuerzas de la OTAN.
Hoy en día China es el segundo socio económico de Serbia, solo por detrás de la UE. Según el artículo ya mencionado de El Mundo, empresas chinas construyeron el tren de alta velocidad entre Belgrado y Budapest, gestionan sus minas de oro y cobre, en 2022 se hizo pública la venta de sistemas de misiles tierra-aire HQ-22 traídos casi en secreto…
1991 y el efecto dominó
El Régimen comunista había caído. La Yugoslavia construida por Tito, que se había opuesto a la URSS y que había contribuido a fortalecer el movimiento de Países No Alineados, iba a la deriva desde su muerte en 1980.
Llegó el año fatídico, 1991 supuso el final dantesco para el Estado nacido en 1918 y que había intentado unir a todos los eslavos del sur después del despiece del Imperio Austro-Húngaro.
En diciembre de 1990 Eslovenia decidió, tras la celebración de un referéndum, independizarse de Yugoslavia. Hacía uso del derecho que le otorgaba la constitución de 1974. Quizá tenían buenas razones, pero no entraremos a valorarlo, para ello hay muchísima bibliografía, artículos y vídeos sobre el tema, pero os aconsejo el libro de Janez Drnovsek, expresidente de Yugoslavia y de Eslovenia, «El Laberinto de los Balcanes». La reacción por parte del Ejército Federal Yugoslavo no se hizo esperar y, como es lógico, se opuso. En junio de 1991 estalló la Guerra de los Diez Días y Eslovenia logró la independencia.
Croacia aprovechó el momento y también declaró su independencia de manera unilateral. El desastre humanitario en que desembocaron la decisión croata y la reacción de Belgrado fue terrible.
Kosovo, otra ficha que también cayó
Kosovo, el corazón histórico de Serbia, era una región autónoma desde 1974, donde había un gran número de habitantes de etnia albanesa. En 1991 los líderes albanokosovares decidieron imitar a eslovenos y croatas, declararon su independencia también de manera unilateral, y Belgrado les denegó el estatus autonómico. Ante esta situación se formó el ELK (Ejército de Liberación de Kosovo) y en 1995 comenzaron los ataques armados contra civiles y miembros de las fuerzas de seguridad serbias.
Finalmente, en febrero de 1998, estalló la guerra civil y las tropas Serbias comenzaron un proceso de limpieza étnica contra los albanokosovares. ¿O quizá no? Según un artículo de Le Monde Diplomatiaque publicado en 2019 (en el artículo publicado en El Correo en 2008 también se menciona), todo fue una enorme exageración, una manipulación gigantesca. Según Le Monde Diplomatique, el conocido como «Plan Herradura», un documento difundido por Alemania que demostraba cómo los serbios habían planeado la limpieza étnica en Kosovo, era falso. No era una filtración de un documento elaborado por las autoridades serbias sino que había sido desarrollado a partir de datos provenientes de los servicios de inteligencia búlgaros. Bulgaria aspiraba a entrar en la OTAN y es miembro de la alianza desde 2004.
Intereses ocultos
Un artículo publicado en la revista británica The European Magazine en 1999 afirma que, según fuentes de la inteligencia francesa, los servicios secretos alemanes habían estado apoyando al ELK con entrenamiento, armamento y equipos de telecomunicaciones heredados de la STASI. Alemania ha sido tradicionalmente un país antiserbio y en aquel momento particularmente se oponía al presidente Slobodan Milosevic. Sin embargo, mientras los alemanes estaban decididos a desestabilizar Serbia, los EE.UU., el Reino Unido y Francia trataban de convencer a su aliado del peligro que esto podía suponer para la situación general de los Balcanes.
El apoyo alemán al ELK tenía fines muy concretos:
- Fortalecer la influencia alemana en los Balcanes desestabilizando a Serbia
- Detener el flujo de inmigrantes venidos de Kosovo, donde había ya unos 400.000 refugiados kosovares en Alemania.
- Dar salida a material y armamento desfasado heredado de la RDA.
Las resoluciones de la ONU
En junio del 98 los EE.UU. declaran la situación de emergencia nacional, Yugoslavia y Serbia amenazan su seguridad nacional y su política internacional. Ese mismo año la ONU adopta 2 resoluciones, la 1160 y la 1199. Este es un brevísimo resumen de los puntos que considero más importantes:
Resolución 1160:
- Condena el uso de la fuerza excesiva por parte de Serbia tanto contra los civiles como contra los “actos de terrorismo del Ejercito de Liberación de Kosovo”;
- Se pide que finalice la violencia y que se otorgue a Kosovo un “proceso político auténtico”;
- Se pide a las autoridades kosovares que condenen todo acto terrorista y que promuevan objetivos pacíficos;
- Concuerda que “[…] los principios relativos a una solución para el problema de Kosovo deberían basarse en la integridad territorial de la República Federativa de Yugoslavia […]”;
- Decreta el embargo de armas a Serbia, incluyendo a Kosovo;
- Dice que “las autoridades de la República Federativa de Yugoslavia tienen la obligación de cooperar con el Tribunal y los países que integran el Grupo de Contacto (Alemania, EE.UU., la Federación de Rusia, Francia, Italia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte)”;
- Se recalca “que si no se alcanzan adelantos constructivos hacia la solución pacífica de la situación en Kosovo se considerará la adopción de medidas adicionales.”
Resolución 1199:
- Pide el cese de los combates;
- Pide que se tenga en cuenta la seguridad de los civiles y el respeto a los derechos humanos;
- Pide que se permita a las misiones internacionales acudir y que supervisen que todo lo que se pide en la declaración se lleva a cabo. “Que Serbia permita la supervisión internacional efectiva (de la UE y otras misiones diplomáticas acreditadas)”;
- Se recuerda que todos los Estados están obligados a aplicar la Resolución 1160;
- “Decide que en caso de que no se apliquen las medidas concretas requeridas en la presente resolución y en la resolución 1160, examinar la posibilidad de adoptar medidas nuevas y adicionales para mantener o restablecer la paz y la estabilidad en la región.”
La intervención de la OTAN: un error de cálculo
El 15 de enero se produjo la Masacre de Racak. La OTAN, cuyo secretario general era Javier Solana, decidió el 30 de enero que la única solución posible era el empleo de la fuerza y comenzó el bombardeo sistemático de todo el territorio serbio. No había un mandato de la ONU para ello.
El 7 de mayo 5 bombas guiadas por GPS, lanzadas por bombarderos B-2 de los EE.UU., destruían la embajada china en Belgrado. Rusia y China se había opuesto firmemente al ataque de la OTAN sobre Serbia. Murieron 3 periodistas y otras 24 personas resultaron heridas. Hay fuentes que afirman que era un objetivo de la CIA, como se reconoce en un reciente artículo del periódico español El Mundo. La propia Agencia admitió el error en un artículo publicado en The New York Times (23 de julio de 1999). Según la CIA, su intención era bombardear la Agencia de Armamento Yugoslava: “Los analistas cometieron ese error porque habían utilizado 3 mapas para localizar la Agencia de Armamento: 2 mapas comerciales yugoslavos de 1989 y 1996 y un mapa del gobierno de los EE.UU. editado en 1997. Ninguno de ellos mostraba la localización de la embajada china, construida en 1996.”
Desde 2012 Serbia es país candidato para formar parte de la UE. Permanece a la espera.
Hoy en día China es el segundo socio económico de Serbia, solo por detrás de la UE. Según el artículo ya mencionado de El Mundo, empresas chinas construyeron el tren de alta velocidad entre Belgrado y Budapest y gestionan sus minas de oro y cobre. En 2022 se hizo pública la venta de sistemas de misiles tierra-aire HQ-22 traídos casi en secreto…